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AMPLIA TUS HABILIDADES SOCIALES

AMPLIA TUS HABILIDADES SOCIALES Cómo iniciar y mantener el trato

Aprende a relacionarte con los demás

En la vida de la ciudad es bastante complicado iniciar relaciones nuevas de amistad con vecinos o gente cercana. La independencia y el anonimato son valores muy apreciados, pero a la vez dificultan muy a menudo la comunicación entre personas que viven muy cerca y que podrían tener cosas en común y mantener una amistad.

En los pueblos esto no sucede, todos se conocen y todos se comunican unos con otros. Cualquier persona que llegue nueva al pueblo, no tendrá dificultades de integración, ya que enseguida hablará con el vecino de al lado o con el compañero de trabajo.
En las ciudades es muy diferente. Por supuesto, hay gente amable por todas partes, pero la desconfianza dificultará la buena comunicación.
También es importante señalar que a muchas personas les cuesta abrirse ante desconocidos y entablar una amistad y así, hay gente de otras ciudades que se encuentra sola aunque rodeada de gente.


Pierde la vergüenza y toma la iniciativa
El ánimo por conocer gente nueva y la pérdida de la vergüenza será primordial. Si ofrecemos actividades para realizar junto a nuestros compañeros de trabajo o a nuestros vecinos, probablemente consigamos que alguien nos siga la corriente. Tal vez, haya más personas desubicadas como nosotros y deseosas de salir.
La buena comunicación será primordial desde el principio:
No te quedes en un rincón intentando pasar desapercibido, así tendrás muy pocas oportunidades de entablar amistad.
Olvídate de tus miedos y pregúntale algo al de al lado, puedes comenzar por frases superficiales como el tiempo o el fútbol y seguir con temas más concretos.
No dudes en expresar tus miedos y tus preocupaciones, así conseguirás que el otro se ponga en tu lugar y se sensibilice ante tus problemas.
Si te sientes solo y no tienes con quién salir, házselo saber a las personas que están contigo día a día, así lo tendrán en cuenta.
No esperes a que los demás interpreten tu pensamiento: ofrécete para participar en actividades ya programadas por ellos; es probable que te incluyan, pero si no lo dices, nunca lo sabrán.
Aprende a gratificar a tus compañeros y amigos con cosas agradables (lleva algo para todos por tu cumpleaños, invítales a tomar algo a la salida, etc.), así estarás en el punto de mira y te tendrán en cuenta.
No tengas miedo a las negativas, la mayoría de las veces no son hacia tu persona, sino hacia la situación planteada. No interpretes en negativo: si recibes un "no" puede ser por múltiples causas, acláralo y no supongas, puedes cometer errores.
Gratifica a tus compañeros cuando te tengan en cuenta o cuando hagan algo bueno por ti. Si tú no recibes lo mismo, pídelo sin más, tal vez el otro no se dio cuenta o le pasó desapercibido.


Enfréntate a los malentendidos y a las suposiciones erróneas para no distanciarte de la gente.

Resuelve los malentendidos
Muchas de las rupturas a nivel social vienen dadas por malentendidos o suposiciones erróneas. Son problemas sin resolver que hacen que las personas se distancien cada día más.
Intenta no caer en esta trampa y, aunque estés dolido, toma las riendas y enfréntate a ese amigo con el que discutiste: intenta solucionar el problema y aclarar las cosas, y expresa tus sentimientos al respecto (si estás frustrado, decepcionado, dolido, etc.), así será más fácil que el otro se ponga en tu lugar.
Deberás explicar la situación que ocasionó el problema con todo lujo de detalles y después, expresar tu opinión sin insultar ni criticar a la otra persona, por muy mal que lo haya hecho. La crítica sólo hace que el otro se ponga a la defensiva y no entre en tu juego y lo que te interesa es hablar calmadamente, sin recriminaciones ni reproches, por lo que no comiences tú.
Si es el otro el que recrimina tu actuación, mantente firme en tu razonamiento e intenta hacerle cambiar de opinión, muéstrate de acuerdo en algunas cosas y en desacuerdo en otras. No siempre debemos dar toda la razón y pretender tenerla nosotros.


Las apariencias y la realidad
En la sociedad en la que vivimos, parece que está muy bien visto el ser exitoso en el trabajo, el tener una vida social amplia y el estar contento y satisfecho. Esto es la apariencia que dicta la sociedad y que, en muchos casos, se encuentra muy lejos de la realidad.
A menudo, nos encontramos rodeados por mucha gente amistosa o que, aparentemente, parecen amigos. Pero si analizamos un poco la situación, nos vamos a dar cuenta de que son simples conocidos con los que salir y distraernos. Los amigos reales se preocupan de nuestros problemas, son libres para dar sus opiniones sin miedo a ser criticados y tampoco tienen miedo a ser juzgados.
La necesidad de mantener una apariencia adecuada es fruto de una sociedad superficial en la que se valoran, por encima de todo, los aspectos materiales. Pocos se preocupan por averiguar si el que tienen al lado está triste o angustiado, si le ocurre algo que le preocupa, si no puede llevar la carga del trabajo o si tiene miedo a fracasar. Se da por hecho que estos sentimientos no deben existir, con lo cual, no se habla de ellos.

La importancia de los amigos
Es importante saber ponernos en el lugar del amigo que pasa por un mal momento, así estaremos más cerca de él y podremos ayudarle mejor.
Pregunta a tus amigos por su día a día y por su estado de ánimo. Ante cualquier cambio, sobre todo, a nivel laboral o personal, la persona va a pasar por una fase de estrés e incertidumbre ante lo desconocido que le va a hacer estar preocupado y temeroso.
Los amigos cercanos se encargarán de quitar hierro al asunto y de hacer pasar los momentos difíciles lo mejor posible. Si estos amigos no existen, nos enfrentamos al acontecimiento nuevo totalmente desprotegidos.
Piensa lo que te gustaría que te hicieran a ti y haz tú lo mismo con tus amistades: te lo agradeceran y estarán ahí cuando tú lo necesites. El esfuerzo no es tan grande si se hace con agrado.

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